Salud - Afecciones oculares

Glaucoma

Al igual que en humanos, consiste en un aumento de la presión intraocular, que produce un deterioro de las estructuras internas. En muchos casos puede llegar a provocar la ceguera total del ojo afectado. El aumento de la presión se produce como consecuencia de un drenaje insuficiente del humor acuoso del ojo, generalmente porque existe una alteración anatómica del ángulo iridocorneal (ángulo de drenaje) o porque existe un obstáculo que impide ese drenaje.

Hay dos tipos de glaucoma:

  • Glaucoma primario: de origen hederitario. Se manifiesta alrededor de los 2 ó 3 años de edad, y normalmente comienza afectando a un sólo ojo, para meses más tarde aparecer en el otro.

  • Glaucoma secundario: causado por otros factores no genéticos, por ejemplo, por una herida penetrante en el ojo. Esto a su vez causa una inflamación y el humor acuoso del ojo se vuelve denso y es incapaz de drenar normalmente. También puede estar provocado por tumores, infecciones, etc.

Detectarlo es de extrema importancia pues, cuánto más tiempo pase, más riesgo habrá de perder la visión del ojo afectado. Los signos que debemos observar serán dolor en el ojo (el perro se frota con su pata o contra otras superficies), pupila dilatada, córnea opaca y mirada enrojecida (los vasos sanguíneos de la parte blanca del ojo están dilatados). Normalmente si esto último ya se ha manifestado, la visión del ojo está perdida.

El tratamiento de esta enfermedad se hace quirúrgicamente, ya que los medicamentos existentes (de medicina humana), no llegan a solucionar completamente el problema. El glaucoma secundario se soluciona una vez que se ha eliminado la causa que lo produjo.

Distrofia corneal

Son opacidades corneales no inflamatorias, habitualmente bilaterales que afectan a una o más capas de la córnea. Se deben a una deposición de lípidos dentro de la córnea y aparece como zonas blancas, líneas o puntos.

La causa es desconocida y el efecto en el perro es mínimo. Algunos casos están asociados a hipotiroidismo. Son detectables a partir del año de edad generalmente.

Atrofia progresiva de retina (PRA)

Es una enfermedad hereditaria conocida desde hace mucho tiempo. Fue descrita por primera vez en el Setter Gordon en los años 20, pero desde entonces ha aparecido en la mayoría de las razas puras. Consiste en una degeneración de los fotorreceptores de la retina. Primero suele afectar a los bastones (células encargadas de la visión nocturna), y posteriormente a los conos (visión diurna y percepción del color). La retinitis pigmentosa es la afección equivalente en humanos.

Los síntomas de la enfermedad son los mismos para todas las razas: en una primera fase, los perros tienen dificultad para ver por la noche y pierden la habilidad de ajustar su visión con luz débil; después su visión diurna también falla. Las pupilas se van dilatando progresivamente, y los ojos aparecen nublados u opacos, originando como consecuencia una catarata.

En el malamute, como en la mayoría de las razas, es del tipo autosomal recesivo. Esto significa que para que se dé un cachorro afectado, debe recibir una copia del gen defectuoso de ambos padres. Los padres pueden tener visión normal, pero son portadores de la enfermedad. Como anécdota, comentar que en el Husky Siberiano el gen está ligado al sexo, en concreto, al cromosoma X, por lo que hay más proporción de machos afectados que de hembras.

Un veterinario especialista debe hacer exámenes oftalmológicos a los reproductores de estas tres afecciones (glaucoma, distrofia corneal y atrofia progresiva de retina) cada 2 años al menos.

Hemeralopia (ceguera diurna)

Como su apodo sugiere, la hemeralopia afecta a la visión del perro bajo luz brillante. Por la noche o en el interior de un local poco iluminado, la visión del perro es perfectamente normal. Es una enfermedad hereditaria, simple autosomal recesiva, lo que indica que ambos padres deben ser portadores (aunque tengan visión normal) para transmitirla a los cachorros. La enfermedad consiste en una degeneración de los conos (células encargadas de la visión diurna y de la percepción del color).

Puede detectarse en cachorros de 7 semanas de edad, cuando el criador observa que, con luz diurna, chocan con objetos y parecen inseguros en las distancias. En caso de duda, se puede aplicar una técnica llamada electroretinografía (ERG).